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Pozo Artesiano

El término artesiano se aplica a cualquier situación en la cual el agua subterránea bajo presión asciende por encima del nivel del acuífero. Esto no significa siempre una salida de flujo libre a la superficie. Para que exista un sistema artesiano, deben cumplirse dos condiciones: el agua debe estar confinada a un acuífero inclinado, de modo que un extremo pueda recibir agua, y debe haber acuicludos (estratos impermeables que obstaculizan o impiden el movimiento del agua, ejemplo: la arcilla), encima y debajo del acuífero, para evitar que el agua escape. Cuando se pincha esta capa, la presión creada por el peso del agua situada encima obligará al agua a elevarse hasta un nivel denominado piezométrico. Si no hay fricción, el agua del pozo se elevará al nivel del agua situada encima del acuífero. Sin embargo, la fricción reduce la altura de la superficie piezométrica. Cuanto mayor sea la distancia desde el área de recarga (donde el agua entra en el acuífero inclinado), mayor será la fricción y menor la elevación del agua.

Su nombre surgió en Artois (llamada en castellano Artesia) Francia, donde en 1126 se perforó el más antiguo de Europa. Muchos siglos antes ya se excavaban en Siria y Egipto. En el siglo XII, los monjes de la región francesa de Artois observaron que los pozos de aquella zona eran diferentes a la mayoría. Cuando se perforaba uno, el agua salía a la superficie con presión e incluso se elevaba a cierta altura. Los pozos de esta clase se llaman hoy en todo el mundo «artesianos», en recuerdo del Artois.

En España, no fue hasta la llegada del ingeniero francés D. Alfonso Richard, cuando los pozos artesianos cumplen su objetivo. El primer gran pozo artesiano en España fue iniciado por este ingeniero francés en 1877, en Vitoria. El más famoso es el de Cella, en Teruel.

 

En Murcia, formaban parte de la huerta, las acequias y pozos artesianos que con sus aguas cristalinas favorecían los cultivos como el naranjo y el limonero, además de hortalizas y legumbres, coliflores, tomates, calabacines, habas y un largo etcétera presente en toda la huerta murciana.

Estos pozos tienen una profundidad de 60 a 100 mts. Y el agua, por su presión aflora a la superficie.

En Zarandona encontramos estos pozos:

  • Camino viejo de Monteagudo, en el pintoresco carril de las Palmeras está el llamado “Pozo de la Tía Salvadora”

  • Carretera del Cabezo de Torres, a 50mts del cruce del Merendero San Félix, el “Pozo del Tío Paco Carmona”, con una bella cúpula.

  • Misma carretera, Carril de los Manolos de camino el “Pozo de la Marquesa”, enclavado entre acequias y cañares.

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